El panorama económico actual es bastante desolador. La delicada situación financiera que estamos padeciendo constituye una de las grandes trabas sociales a las que nos estamos enfrentando en pleno siglo XXI.
Recurrir a los bancos para acceder a créditos y préstamos es inútil debido al cierre de grifo de estas entidades. Ante esta situación, la búsqueda de otras alternativas para poder abastecer las necesidades económicas está al pie del cañón. Conseguir dinero rápido o urgente es una meta que muchos intentan alcanzar para poder cubrir las distintas carencias y necesidades básicas (vivienda, comida, luz, agua…).
Somos testigos y pacientes de uno de los conflictos sociales y económicos más duros de las últimas décadas. Se trata de una situación bastante insostenible debido a la escasez de ayudas y subvenciones para familias que lo necesitan.
La pobreza y la exclusión social son dos de los fenómenos más potentes en estos últimos años a causa de esta crisis económica. La gran deuda económica de los países constituye uno de los grandes males para poder salir adelante y afrontar esta situación que no se sostiene por ningún lado.
Pero ¿cómo afrontar la situación? Es cierto que la desesperación y el negativismo son factores que nos influyen y repercuten logrando hacernos perder toda esperanza, pero debemos ser conscientes que tenemos a nuestro alcance soluciones para poder asumir nuestras carencias económicas. Los préstamos son una de las opciones que podemos encontrar en el mercado y son servicios a los que podemos recurrir debido a la escasa exigencia de requisitos.
Estamos ante una realidad bastante pobre, en el sentido metodológico, puesto que las medidas que se dedican a aplicar las instituciones gubernamentales parecen no generar ningún tipo de efecto. Es cierto que, basándonos en balances y estadísticas, en ocasiones podemos hallar una reducción de personas en el paro, un aumento de personas trabajando… Pero en muchos casos, estos datos no reflejan muchas realidades: contratos en negro, horas extra no remuneradas, etc., es decir todo tipo de trapicheos que repercuten en la situación laboral de los trabajadores y eso si es que uno puede llegar a tener trabajo.
La situación es, por tanto, bastante miserable. Las competencias del estado –democrático- deberían hacer uso de su profesión y labor y poner en práctica medidas reales, justas, éticas y de mejora con tal de poder lograr cambios contundentes en un país totalmente desequilibrado.
El desarrollo social se ha visto totalmente alterado, principalmente entre las clases medias y bajas, debido a la crisis económica. Esto conlleva todo tipo de desajustes en constante cambio que causan una inestabilidad y un incremento de pobreza bastante notable repercutiendo así en el desarrollo de nuestro país.
Estamos ante un panorama bastante oscuro y, por ello, debemos ser conscientes e informarnos de los recursos que tenemos a nuestro alcance para salir adelante. Adoptar una postura optimista y fuerte es primordial para poder asumir esta situación y lograr salir adelante. El bache de la crisis debemos afrontarlo y superarlo todos con tal de lograr un desarrollo social democrático y justo.
Sé el primero en comentar